- LUCAS Y LA TARTA.
- LUCAS Y EL GATO.
- LUCAS Y LA MACETA.
- LUCAS Y LA BASURA.
¡Oh no, Lucas! es un álbum ilustrado divertido y simpático. Las ilustraciones que acompañan al texto aunque son tremendamente simples, son francamente expresivas, y eso es lo primero que nos llama la atención y lo primero que nos atrae de él. Los ojos y las orejas de Lucas en cada una de sus páginas transmiten a la perfección sus emociones sin necesidad de una solo palabra.
Pero hay más, porque Lucas nos hace pensar y mucho. Cuando le vemos irse deseando portarse bien nos sentimos identificados, ¡cuántas veces queremos portarnos bien o cumplir con lo que nos proponemos y no estamos seguros de poder conseguirlo!
Pero hay más, porque Lucas nos hace pensar y mucho. Cuando le vemos irse deseando portarse bien nos sentimos identificados, ¡cuántas veces queremos portarnos bien o cumplir con lo que nos proponemos y no estamos seguros de poder conseguirlo!
¡Acatar las normas no siempre es fácil y más si lo prohibido resulta ser divertido!
Pues eso mismo le ocurre a Lucas, el perro con el que más de uno podrá identificarse (y no sólo los niños). Al igual que a Lucas a nosotros también se nos presenta el dilema ¿qué hacemos cuando la tentación se nos presenta? ...Somos como somos y a veces, ¡nuestra naturaleza nos puede!
El texto es sencillo, fácilmente comprensible y su estructura repetitiva hace que los primeros lectores puedan seguir la historia sin complicaciones.
Como suele ser habitual en las historias de Chris Haughton, lejos de acabar con un final moralizante ,el autor lo deja abierto para que cada uno imagine como acaba la historia.
Llama la atención la frase de un personaje célebre con la que acaba el cuento (es habitual que antes de comenzar o al finalizar lo haga en sus cuentos). En esta ocasión con un pensamiento de Epícteto, dirigido más bien a los adultos: “la libertad no se consigue realizando nuestros deseos, sino eliminándolos. Ningún hombre es libre si no es dueño de sí mismo”.
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