" Cuanta más vida se da, más vida se tiene.
El dar tiene un amplísimo registro. Dar tiempo, dar medios, dar acogida... pero también dar amabilidad: todos los gestos que, dirigidos hacia los demás, hacen más agradable la vida. Gestos de generosidad. Dar no es solo cosa de santos o de héroes. Hay pequeños gestos, afables y cotidianos, que ya son donación. Todo cuenta y en especial lo que sentimos de cerca y asiduamente. Hay una sabiduría del gesto, así que la "urbanidad", bien entendida, es sustancial. Los "modales" -los gestos modales- no responden solo a la "buena educación", sino a una actitud existencial mucho más profunda. Los gestos amables tienen ya de entrada la virtud de excluir los opuestos: el abrazo alejar el temor; la mano abierta, el odio; el movimiento de hombros, el fanatismo; el masaje, el dolor; las caricias, el llanto; el arqueo de cejas aleja el mal humor y abre la simpatía; la sonrisa endulza el aire que se respira; la humildad en la mirada deja hablar al otro"...
"La penúltima bondad" Josep Maria Esquirol
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